
Salga del sol, tome analgésicos, mantenga la piel fresca y no beba alcohol. O mejor aún, no te quemes en primer lugar
Las quemaduras solares son una reacción aguda de la piel después de una exposición excesiva a los rayos ultravioleta. Causa daño directo al ADN, lo que provoca inflamación y muerte de las células de la piel. Las quemaduras solares en la infancia o la adolescencia pueden duplicar el riesgo de desarrollar cáncer de piel con melanoma en la vejez. Por tanto, es fundamental evitarlo.
Si se quema con el sol, actúe rápidamente y salga del sol. Cubre las áreas afectadas con ropa de algodón que permita que tu piel respire y permanezca en la sombra. Los analgésicos como el ibuprofeno pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
Luego, asegúrese de enfriar su piel aplicando una toalla húmeda durante 15 minutos, o tome un baño o una ducha manteniendo la temperatura apenas por debajo de la tibia. Asegúrese de que la ducha tenga un flujo de agua uniforme; si comienzan a aparecer ampollas, lo mejor es un baño. No se frote la piel con una toalla, séquela suavemente cuando salga. Trate de no reventar una ampolla, ya que esto podría provocar una infección y cicatrices; desaparecerá por sí sola después de unos días.
Después de bañarse o ducharse, use una loción sin perfume para calmar la piel. El aloe vera también puede ser calmante y actuar como antiinflamatorio. Las quemaduras solares pueden promover la pérdida de líquidos a través de la piel, así que asegúrese de beber mucha agua, lo que evitará la deshidratación y ayudará a su cuerpo a recuperarse. Lo ideal es evitar el alcohol durante este tiempo, ya que empeorará la deshidratación. Trate su piel suavemente mientras cicatriza y manténgala cubierta de sombra.